La Criticona es una de esas actividades que dejan resaca, de tantos momentos intensos como los que vivimos en este inicio de mayo ciclista. Desde la bicicrítica de Alcorcón en el Suroeste de Madrid no faltamos a la cita y aprovechando el buen tiempo siete ciclistas de la zona nos acercamos desde Alcorcón a golpe de pedal hasta la Plaza de Cibeles donde se inicio la masa crítica estatal e internacional que contó con 2.546 criticones según los cálculos más exactos.
Bajo un sol veraniego, el sábado 2 de mayo atravesamos Casa de Campo para por Gran Vía irnos juntando con más compañer@s que venían a la Criticona. La experiencia fue bonita y por unas horas Madrid desde Atocha a la Moncloa y de Alcalá a la Elipa dejó paso a los atascos ciclistas mucho más livianos que los de los coches. Se mostró así que la bicicleta es un medio de transporte que facilita una movilidad sostenible, divertida, cómoda y rápida en las grandes ciudades como Madrid, liberando a la urbe de tantos gases y ruidos insoportables. Otro mundo es posible y está empezando a surgir con la expansión del uso de la bici en las ciudades.
Bajo un sol veraniego, el sábado 2 de mayo atravesamos Casa de Campo para por Gran Vía irnos juntando con más compañer@s que venían a la Criticona. La experiencia fue bonita y por unas horas Madrid desde Atocha a la Moncloa y de Alcalá a la Elipa dejó paso a los atascos ciclistas mucho más livianos que los de los coches. Se mostró así que la bicicleta es un medio de transporte que facilita una movilidad sostenible, divertida, cómoda y rápida en las grandes ciudades como Madrid, liberando a la urbe de tantos gases y ruidos insoportables. Otro mundo es posible y está empezando a surgir con la expansión del uso de la bici en las ciudades.
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